jueves, 5 de julio de 2012

Los impresionantes membrácidos

ORIGINAL: INBIO Costa Rica
Por eocampo

Fotografía: http://www.flagstaffotos.com.au/ Jason R. Cryan Ph.D. - New York State Museum
Si existiera un premio para el grupo más inusual de animales, los membrácidos (la familia de insectos Membracidae) seguramente serían los ganadores. Muchos de estos pequeños insectos consumidores de plantas tienen formas excepcionalmente elaboradas e increíbles, únicas en el mundo animal, que siempre estimulan nuestra imaginación. Mientras que las vidas de la mayoría de estos insectos pasan desapercibidas para casi todas las personas y no parecen afectar la actividad humana, algunas especies se consideran plagas de poca importancia en la agricultura o la horticultura. Sin embargo, los membrácidos y los grupos relacionados con ellos son una parte importante de la fauna animal herbívora en casi todos los ecosistemas terrestres.

Aunque los membrácidos habitan en todo el mundo (excepto en el Ártico y el Antártico), su mayor diversidad se encuentra en el Neotrópico. Es probable que este grupo de insectos se diversificara en las zonas tropicales del Nuevo Mundo, donde ciertos linajes de los membrácidos se dispersaron y colonizaron otras áreas del globo.

La naturaleza debe haber estado de muy buen humor cuando creó los membrácidos, puesto que estas pequeñas criaturas tienen un aspecto de lo más cómicamente grotesco”.
John Henry Comstock, A Manual for the Study of Insects, 1897

Muchos investigadores están interesados en estudiar a los membrácidos por una variedad notable de razones biológicas. El conocimiento de la historia evolutiva de sus estructuras anatómicas a menudo extrañas es ciertamente una de ellas; nadie sabe realmente qué propósito tienen estas estructuras fantásticas, aunque en muchas especies el camuflaje es una fuerte posibilidad. Otras investigaciones sobre los membrácidos incluyen el uso de este grupo como indicadores de la biodiversidad, estudios ecológicos sobre la comunicación mediante vibraciones del sustrato y el uso de algunas especies (del género Enchenopa) como organismos modelo para estudiar mecanismos de la especiación simpátrica.
El conocimiento de la historia evolutiva de sus estructuras anatómicas a menudo extrañas es ciertamente una de ellas; nadie sabe realmente qué propósito tienen estas estructuras fantásticas, aunque en muchas especies el camuflaje es una fuerte posibilidad. Ilustración: Edwin Wilson Cambridge



Actualmente se reconocen tres familias de membrácidos (Membracidae, Aetalionidae y Melizoderidae), de las cuales Membracidae es la más conocida y numerosa, con 3.000 especies descritas. Los membrácidos están dentro de un grupo más grande de insectos, los llamados Cicadomorpha, que también incluye a las cigarras, los saltahojas y los salivazos o baba de culebra.

La familia Membracidae es un grupo natural, aunque ciertas evidencias sugieren que los membrácidos surgieron dentro de las chicharritas, específicamente en un grupo de chicharritas arbóreas. Cualquiera sea su origen evolutivo, los membrácidos comparten la característica diagnóstica de tener un pronoto agrandado (como un escudo, la sección del exoesqueleto cubre el dorso del primer segmento torácico), que en algunos casos se expande hasta cubrir el cuerpo entero, y presenta estructuras extrañas en muchas especies.
Foto: Vijay Cavale
Los membrácidos se alimentan del floema y muchas especies forman agrupaciones de ninfas o de ninfas y adultos. Se piensa que su comportamiento a juntarse en manadas pudo haberse desarrollado como mecanismo para evitar la depredación, y muchas veces está acompañado de asociaciones simbiótica con hormigas, abejas o avispas. Estos himenópteros protegen a los membrácidos de depredadores y parásitos; a cambio, estos producen una sustancia azucarada (llamada melaza) que es utilizada como alimento por los himenópteros. Sin embargo, al menos un grupo de membrácidos ha desarrollado sus propios medios de protección y por lo tanto no depende de los organismos simbiontes para su defensa: los adultos de la tribu Hoplophorionini tienen una adaptación anatómica que les permite dar patadas laterales que utilizan para frustrar los intentos de los depredadores y parásitos de atacar su descendencia.

Muchas especies han desarrollado un grado relativamente alto de comportamiento subsocial. Por ejemplo, algunas madres, después de depositar sus huevos fertilizados, los protegen de los depredadores y parásitos hasta que eclosionan, y algunas incluso siguen cuidando su descendencia hasta que alcanza la madurez.

Le invitamos a conocer más sobre los impresionantes membrácidos en esta guía de campo que Editorial INBio pone a su disposición.

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